Propuestas
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Buscar mecanismos para visibilizar el trabajo infantil, sus condiciones y sus riesgos. En todos los espacios y con todos los actores políticos y sociales posibles.
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Que el gobierno y la sociedad adviertan la magnitud del problema, su complejidad y que las soluciones no pueden residir sólo en actuar sobre los padres, madres o jefes de familia. Además, que las niñas, niños y adolescentes tienen derechos y requieren soluciones específicas para ellos.
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Buscar mecanismos para visibilizar el trabajo infantil, sus condiciones y sus riesgos. En todos los espacios y con todos los actores políticos y sociales posibles.
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Que el gobierno y la sociedad adviertan la magnitud del problema, su complejidad y que las soluciones no pueden residir sólo en actuar sobre los padres, madres o jefes de familia. Además, que las niñas, niños y adolescentes tienen derechos y requieren soluciones específicas para ellos.
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Generar un diagnóstico particular sobre la población indígena de niñas, niños y adolescentes que trabaja en espacios públicos.
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Junto a ello, promover campañas de sensibilización hacia la población en general, a partir de los problemas específicos que presenta la población indígena que labora en espacios públicos.
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Exhortar a las delegaciones políticas a realizar diagnósticos locales sobre el trabajo infantil y de menores de 18 años, y a generar propuestas y programas para su prevención y restitución de los derechos de dicha población.
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Explorar junto con los afectados mecanismos para prevenir el trabajo infantil y restituir los derechos de dicha población, mediante distintos programas orientados a que los niños y niñas y adolescentes puedan contar con servicios acordes a sus necesidades en instituciones públicas y/o en centros educativos.
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De acuerdo a lo anterior recomendamos evaluar un programa consistente en que en lugares de inicio o de llegada de las líneas del metro, en los que además suele haber paraderos de autobuses, y o centrales camioneras, así como en ciertas estaciones de transbordo, en las que confluyen varias líneas del STCM, se puedan crear centros lúdicos para niños, niñas y adolescentes, con modelos de atención acordes a sus necesidades y grupo de edad.
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Estos centros serían, primero, para niñas y niños de 0 a 5 años, con juegos, cuentos y actividades artísticas, con horarios flexibles, y en los que la población reciba alimentación y servicios de salud.
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Asimismo se recomienda crear centros lúdicos para niñas y niños de 6 a 11 años, con actividades recreativas y educacionales y en los que la población reciba alimentación y servicios de salud.
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También se sugiere crear centros lúdicos para jóvenes de 12 a 17 años, retomando algunos aspectos del modelo de los “FAROS”, y con talleres, actividades culturales y artísticas y en los que la población reciba también alimentación y orientación sobre servicios de salud y acerca de sus derechos sexuales y reproductivos.
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En los espacios mencionados, desde las prácticas lúdicas se debe hacer énfasis en la perspectiva de los derechos.
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También es importante que estos centros lúdicos sean dirigidos por personal profesional.
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Además en cada uno de estos espacios debe haber un responsable con perspectiva multicultural y hablante de alguna lengua indígena.
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Al mismo tiempo deben tener el apoyo de prestadores de servicio social que cuenten con una beca por lo menos durante un año.
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Se recomienda también estudiar la viabilidad de un programa que otorgue becas a hijos e hijas de entre 6 y 15 años de edad, de padres trabajadores informales que laboran en espacios públicos de la Ciudad de México. Para ello será necesario elaborar un padrón de trabajadores informales, y de sus hijos, para entre otras cosas confirmar que no están siendo sujetos de otros programas similares del gobierno federal o del gobierno del DF y que esté condicionado a la comprobación de que niñas y niños asistan regularmente a la escuela.
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Este programa de becas quedaría restringido a familias residentes en el DF o, en su caso de otras entidades, siempre que se estableciera un acuerdo de colaboración con ese gobierno estatal.
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La población que trabaja en espacios públicos es significativa. Sus condiciones laborales son difíciles, sus horarios de trabajo son muy amplios. Las opciones para sus hijas e hijos que son menores de edad son limitadas, por lo que los llevan con ellos desde que nacen.
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Por sus propias necesidades y las de sus familias, cualquier actividad de la población infantil está supeditada al trabajo. Acercando estás opciones a los espacios señalados, se abre la posibilidad de prevenir el trabajo infantil y restituir los derechos de esta población.